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Fran Ronquillo: “Creo que el humor es lo más digno que he hecho nunca”

Actualizado: 9 oct 2024

Una entrevista de Paco Gil

Fotografías Raúl Díaz

Entrevistas en ‘primera persona’

Fran Ronquillo

Si en una coctelera pudiéramos introducir una buena dosis de sueño, otra de pasión, la necesaria de veracidad y un mucho de actitud, todo bien agitado junto con una generosa medida de humor, el resultado no sería otro que Fran Ronquillo; es decir, que esta que os digo sería la fórmula del éxito asegurado en lo personal y en lo profesional.


A Fran, a Ronquillo, a Ronqui o incluso al Imi, es habitual verlo bien temprano por las mañanas pateándose las rondas y avenidas de Dos Hermanas, vestido de corto, claro, y seguramente haciéndolo mientras sueña que esos pasos firmes los estuviera dando en realidad por una de las bandas del Benito Villamarín; pero con un inconveniente importante, que necesariamente esa marcha acelerada se ve cada dos por tres cortada por los nazarenos y nazarenas que lo reconocen y lo paran para que sepa que no solo lo han reconocido, sino que le quieren transmitir su cariño; es como si, vestido de verde y blanco, ante un pase en profundidad de su admirado Julio Cardeñosa, se parase en la carrera en busca del balón porque acaba de distinguir entre el público a una cara conocida, con el peligro que ello conllevaría de hacer malo el preciso pase del ‘flaco’.


Fran Ronquillo, o, como consta en el DNI, Francisco Manuel Ronquillo Rabé (Sevilla, 1972), no nació en Dos Hermanas, pero sí vive esta ciudad cada día, y desde hace ya casi veinte años, como un nazareno más, recorriendo sus calles, sus plazas, sus tabernas o bares y, sobre todo, hablando con su gente como a quienes conoce de toda la vida. En esta nueva conversación, tal vez más desenfadada que otras, Fran se deja llevar por los recuerdos de su infancia, de su familia, de su auténtica pasión por el periodismo radiofónico y, sobre todo, de su especial concepción de querer y ser querido por cuantos se encuentra en su camino y le transmiten el mayor reconocimiento que cualquier ser humano pudiera soñar: el cariño. Y, todo, como siempre, haciéndolo en primera persona.


“Mi hijo Curro es popularísimo en Dos Hermanas, tanto en Los Frailes como en el Grupo Joven del Gran Poder”

“Cuando yo nací, mis padres vivían en la barriada de Los Pajaritos, que visitarla hoy en día es solo para valientes. Yo me he casado dos veces, y ambas en Dos Hermanas: la primera por la Iglesia y la segunda por lo civil, en una boda que presidió mi amigo Juan Antonio Vilches en el Parque de La Alquería. De aquella época en Los Pajaritos tengo unos magníficos recuerdos de cuando iba con mi padre al Canódromo, que estaba donde hoy se encuentra el Parque Amate, y del bar ‘Los Barbos’, donde mi padre me invitaba después de ver las carreras a un Bitter kas y, claro, a unos barbos. Yo soy el mayor de tres hermanos, además de Salvador y Jesús María, y mi padre, el poco tiempo que tenía libre, lo dedicaba siempre a nosotros. Mi padre se llama Salvador Ronquillo de la Osa, que creo que tiene alma de cartero porque le encanta salir por la mañana a andar, y es que, a sus 76 años, se puede hacer veinte kilómetros cada día; y mi madre, Rosario Rabé García, que forma parte desde hace tiempo de un grupo de teatro amateur que le hace disfrutar una barbaridad, y quien, además de ser ama de casa, trabajó de limpiadora en el Colegio Portaceli, donde estudiamos todos mis hermanos, aunque, eso sí, en la parte de los pobres. Y yo tengo un hijo, Francisco Manuel, al que de siempre le hemos dicho Curro, que en diciembre cumplirá 16 años y que en Dos Hermanas es popularísimo. En Los Frailes, por ejemplo, no hay a quien llegue preguntando por Curro que no sepa darle norte, y en Dos Hermanas, en los ambientes del centro y, sobre todo, en el Grupo Joven del Gran Poder, es también famosísimo”.


Fran Ronquillo

 

“Yo viví en Los Pajaritos hasta que cumplí los 9 años, que fue cuando nos mudamos a la barriada de Las Huertas, justo la noche antes de hacer yo la primera comunión, a un piso de los que levantó la Junta para familias con renta baja. Mi padre trabajó muchos años en la empresa constructora Almedí, que estaba en la Plaza Nueva, donde fue una especie de oficial de Secretaría, ya que, sin título y tras haber empezado como botones, como había hecho un curso de mecanografía, pues lo metieron en la oficina, y como además es una persona súper disciplinada, muy honrada y todo el mundo confía en él, pues no había un papel que no pasara por sus manos. Cuando cerró Almedí, uno de los empresarios de esta constructora se lo llevó a una nueva empresa, Romgar, que creó tras una travesía del desierto de mi padre que duró unos de cuatro años en los que estuvo desde repartiendo las famosas ‘Páginas Amarillas’, vendiendo aluminio y hasta almohadillas en los campos de fútbol del Sevilla y del Betis cuando se celebró en 1982 el Mundial de Fútbol de España; en otras palabras, nunca en mi casa hemos tenido lujos, aunque tampoco nunca nos faltó de nada. En este caso, me gusta contar una anécdota muy graciosa que escenifica de alguna manera el hecho de que los niños de hoy no saben apreciar lo que tienen, y es que un año llegó a casa por los Reyes una bicicleta que mis padres compraron con mucho esfuerzo en Gómez del Moral, y no veas, claro, la de cosquis que nos dábamos todos los hermanos para cogerla. Al año siguiente, claro, nosotros pensábamos que vendría otra, pero lo que vino fue un cronómetro, que era una forma evidente de decirnos que nos teníamos que arreglar con esta. Retomando lo de Romgar, esta era una empresa de salones recreativos, bingos y casinos de juegos que tuvo centros en El Puerto de Santa María, Jerez y Cádiz, y a mi padre se lo llevaron al bingo de Jerez, donde fue el encargado de admisión; vamos, el que tenía que admitir a Lola Flores, a José Mercé y a todos los artistas de Jerez, quienes, por cierto, le cogieron mucho cariño, en una etapa además en la que se hizo muy fan del Jerez Deportivo”.

 

“Yo siempre tuve claro que quería ser periodista, y, además, de radio; vamos, locutor de deportes”

 

“Mi aterrizaje en el mundo del periodismo fue bastante a la antigua; de película ‘Rumbo a río’ de Marisol o algo así. Lo que sí tuve siempre claro es que yo quería ser periodista, y, además, de radio; vamos, locutor y de deportes. Como ocurre casi siempre, todos los niños queríamos ser futbolistas, y recuerdo que yo iba a los dos campos porque mi padre, aunque es del Betis, nunca ha ido al estadio porque era algo que no le llamaba la atención. Pero yo, como niño de barrio, empecé a ir, un domingo, al campo del Betis, después de que mi padre me hiciera socio de una Peña, y a la semana siguiente, con mi tío Manolo Pazo, al del Sevilla, de forma que yo me encontraba entre dos aguas. Lo único que ocurrió es que de pronto vi jugar a un señor llamado Julio Cardeñosa, ese hombre delgado de Valladolid, que me dejó enamorado. Fue en esa época, teniendo yo 8 años, cuando además mi tío Manolo Pazo, al que veo mucho y que está en Sanlúcar, me regaló un transistor, y a mí ese mundo me cautivó ya para siempre”.


Fran Ronquillo

 

“Yo recuerdo que ponía mi transistor y escuchaba el Carrusel Deportivo de la época, además de los boletines informativos, y que me volvía loco oír a José María García por la noche, y luego a De La Morena, hasta el punto de que cuando pude juntar algo de dinero, me compré el libro de ‘Los silencios del larguero’, que venía con una cinta de casete… Como decía, yo quería ser futbolista, pero me di cuenta de que no tenía condiciones, porque yo tocaba bien la pelota pero era lentísimo, y como quería estar cerca del fútbol, pues pensé que la radio deportiva era una buena manera de conseguirlo. Cuando terminé el COU, hice la Selectividad, pero como era un estudiante medio, la nota que saqué, un 5,9, no me dio para estudiar Periodismo en Sevilla, y como mis padres no me podían pagar la carrera en Madrid, pues entonces opté por matricularme en Derecho. Y así estuve hasta que ya en segundo de carrera, donde coincidí por cierto con Luis de la Fuente y con Pepe Salguero, que se acababan de retirar del Sevilla FC, me di cuenta de que yo no quería ser abogado. Estando en Derecho, yo me ponía en la fila de atrás y con los niños que se encontraban conmigo hacíamos un Carrusel Deportivo fantástico. Yo me llevaba un vaso de yogur, vacío y lavado, claro, y hacía como si estuviera retransmitiendo un partido. Total, que mi tío Paco Rabé, al que perdí hace cuatro años, que se había criado en Los Pajaritos con nosotros y que era como mi hermano mayor, sabiendo de mi afición, me comentó un día que a través de CCOO había un curso de formación y empleo que me podía proporcionar una formación como técnico de sonido y como locutor de radio, y que a lo mejor me valía para entrar en alguna emisora de un pueblo o así. Total, que me presenté y conseguí una plaza”.

 

“El segundo tramo de mi formación fue en ‘Radio Realidad’, con Antonio Morilla, Antonio Camargo y Bella García, y donde Joaquín Gutiérrez era el que hacía los deportes”

 

“Recuerdo que las primeras clases, que eran de locución, se dieron en unas naves que estaban en San Jerónimo y que eran de la Renfe, y ya durante la Mili, que la tuve que hacer para quitármela de en medio y poder trabajar, el segundo tramo de esta formación se impartió en Dos Hermanas, con unas clases que me dio Antonio Morilla, que estaba con Antonio Camargo en ‘Radio Realidad’, y con Bella García, y donde Joaquín Gutiérrez era el que hacía los deportes. De esta forma, yo por la mañana estaba en el cuartel y ya por la tarde me venía a Dos Hermanas, vestido de soldado, y allí hacía informativos y de todo un poco. Es curioso, pero esa fue mi primera vinculación con Dos Hermanas, sin saber, claro, que años más tarde acabaría viviendo aquí a raíz de conocer a mi primera mujer, que era nazarena. Entonces, yo di mis clases de locución y de técnico de sonido, que me sirvieron un montón, y cuando podía sacaba tiempo para ir por la mañana a los entrenamientos del Betis, donde veía a los periodistas cómo se movían y donde conocí a Florencio Ordóñez con su grabadora o a Martín Benito con su libreta, y donde comprobé que me encantaba ese rollo. Yo confieso que era pesadísimo con Florencio, ya que no le dejaba de decir que si alguna vez había una prueba en la radio de su pueblo o donde fuera, que contara conmigo, hasta que, precisamente él fue el que me avisó un día de que se había convocado una prueba para Radio Guadaíra, en Alcalá. Me presenté, por supuesto, y cuando llegué lo primero que dije es que yo tenía la radio metida en el cuerpo, hasta el punto de que me gustaba mucho más la radio que el fútbol, de forma que me llevé las pruebas de calle. Se sacaron dos plazas, una de ellas fue para Rafa Jiménez, que ahora es jefe de prensa de la Federación Andaluza de Fútbol, y la otra para mí. Y lo primero que me tocó fue hacer los fines de semana las crónicas del Portaceli, que por entonces jugaba en Preferente, hasta que al poco tiempo me ofrecieron ya dirigir ese carrusel deportivo. Fue en ese tiempo cuando, además, los días entre semana me iba por la tarde al periódico ‘Fondo Sur’, que estaba cerca de la Venta La Liebre, en Alcalá, que publicaba cada semana las crónicas y fotos de los equipos modestos. Y, aunque eso a mí me costaba el dinero, recuerdo que yo era súper feliz. De allí pasé a hacer lo mismo en la radio y televisión de San Juan de Aznalfarache, hasta que un buen día me llamó Miguel Ángel Moreno, que era un cazatalentos y que por entonces dirigía ‘La gran evasión deportiva’ en Radio Sevilla, donde empecé a hacer los fines de semana”.


Fran Ronquillo

 

“Y en todo este inicio llegó el año de 1996, que fue cuando me llegó una oportunidad fabulosa. Hasta entonces, yo había cogido mucha experiencia, aunque no con equipos de Primera División, hasta que ese año decidí llamar a la puerta de ‘Radio Voz’, que estaba recién abierta y donde se encontraba de director Manolo Rodríguez, quien hoy está en el Real Betis. Recuerdo que él me recibió en su despacho y me dijo esta frase:

 

-       “Mira, ahora mismo no puedo ofrecerte nada, porque la redacción esta ya cubierta”.

 

“Y, efectivamente, la redacción la tenían ya integrada por Paco Mesa, Mabel Mata, Reyes Otero, Pepe Feria, Alberto Riviriego, Leticia Trigo y Marta Paneque, y, en Deportes, con Manolo Martín y Gerardo Torres”.

 

-       “Pero te voy a decir una cosa”, añadió Manolo, “no creas que estos papeles que me traes con tu experiencia los voy a tirar, entre otras cosas por las ganas que te veo; de hecho, no me va a hacer falta ni leerlos. Con esas ganas y ese amor a la radio que me estás demostrando, seguro que un día tendrás tus posibilidades de entrar. No te despistes mucho”.

 

“Y, efectivamente, a los pocos meses me llama Manolo Martín y me cita en la radio. Y cuando llego, me dice de nuevo Manolo Rodríguez”:

 

-       “Mira, me ha surgido un problema, que seguramente generé yo mismo por mi falta de experiencia al no dejar claro desde un principio quién entre Manolo Martín y Gerardo Torres era el jefe, lo que ha creado sus problemas, pero como a este último se le da mejor escribir que hablar, se ha ido como jefe de sección a un periódico nuevo que se acaba de abrir, ‘Sevilla Información’, que dirige mi amigo Antonio Silva, lo que ha generado por tanto una vacante en Deportes”. Y añade: “¿Tú quieres trabajar para Manolo?”

 

-       Y le respondí: “Ya”.

 

“En Radio Voz estuve estupendamente, hasta que me llamaron de la Cope al producirse el efecto dominó que causó la salida de José María García a Onda Cero”

 

“Y así eché a andar en ‘Radio Voz’. Me acuerdo que con mi contrato en práctica empecé a cobrar 14.000 pesetas, que luego me subieron a 24.000 pesetas, y con ese primer sueldo le compré a mi madre, que se volvió loca, un traje de flamenca. Y ya después, a los dos años de estar en la calle Placentines, nos fuimos a la Torre de Los Remedios, donde me hicieron ya mi primer contrato fijo, con un sueldo de 90.000 pesetas. Allí estuve estupendamente hasta que en el año 1999 me llamó la Cope al producirse el efecto dominó que causó la salida de José María García a Onda Cero y llevarse con él a muchos de los periodistas que estaban en la Ser. Andrés Luis Cañadas, que para mí fue un padre de profesión y que entonces era el director de la Cope, nombró a José Manuel Galdámez jefe de Deportes, y éste, que me había conocido durante la retransmisión de un Trofeo Carranza, me dijo un día:

 

-       “Mira, la radio en Sevilla tiene muy buenos profesionales, pero como tú narras en radio, que te he estado escuchando, no hay ninguno. ¿Te quieres venir a la Cope?”

 

Con esta propuesta, me fui a Radio Voz y le dije a Antonio Ocaña, conocido como ‘Pepe Feria’ y quien ya por entonces era el director, que me habían llamado de la Cope, y me dijo:

 

-       “Fran, yo te quiero como a un hijo. Llevas con nosotros cuatro años, llegaste y no has dado ningún problema. Todo el mundo aquí te quiere, trabajas bien, eres muy voluntarioso, jamás te has negado a nada. Incluso cuando ha habido que reforzar informativos –como ocurrió cuando ETA mató a Cariñanos en Sevilla-, lo has hecho. Es que tú, además, puedes hacer la radio sin un papel, y te mereces dar un salto. Y te voy a decir otra: esta emisora se va a ir al carajo. Me da mucha alegría que tú por lo menos te puedas ir colocando. Y ya veré cómo se van colocando los demás”.

 

“Manolo Casal me ofreció la oportunidad de hacer humor en ‘El Pelotazo’ en un viaje a Innsbruck en el con el Yuyu y Martín Pareja Obregón montamos una parodia tremenda”

 

“Total, que me fui a la Cope, donde estuve diez años. Cuando Andrés se jubiló, cogió la dirección Joaquín López Sáez, que fue a quien por entonces le pedí la oportunidad de hacer humor en Canal Sur Radio, algo que me había ofrecido Manolo Casal después de que en uno de los viajes que fletó Coca Cola para acompañar a la Selección Española, en Innsbruck, montáramos una parodia tremenda. En ese viaje fue cuando conocí personalmente al Yuyu, y entre los expedicionarios se encontraba también Martín Pareja Obregón, uno de los sinvergüenzas más graciosos que he conocido en mi vida, y quienes nos reímos lo más grande haciendo una parodia, aprovechando que estábamos en el Tirol, de la salida de la cofradía del ‘Tirol de Línea’. Entonces, yo imitaba al maestro Araujo retransmitiendo la cofradía, mientras que Pareja Obregón se puso una maceta en la cabeza como si fuera una mantilla, en un balcón del restaurante donde estábamos, y el Yuyu lo coordinaba todo. Y esto con Manolo Casal y Joaquín López Sáez como testigos. Entonces, Manolo, que estaba descojonado, se acercó a Joaquín y le pregunta:

 

-       “¿Este tío es tuyo?”.

 

-       “Sí”, le contesta.

 

-       “¿Yo me lo puedo llevar al ‘Pelotazo’?”

 

-       Y le dice: “Pues si te lo llevas, hazlo de verdad, aunque allí los sindicatos no creo que te dejen”.

 

-       “Pues algo tenemos que hacer”, añadió Manolo, “aunque bajo unas condiciones”.

 

Y se pactaron tres condiciones: una, que yo no diera mi nombre en ‘El Pelotazo’; otra, que entrase siempre con otras voces y, por último, que, ante igualdad de necesidades, la Cope estaba primero. Total, que esta decisión me dio la posibilidad de trabajar con el Yuyu, al que luego, es curioso, me acabé llevando a la Cadena Ser. Resultaba que a De La Morena le escamaba mucho que en la franja horaria de su programa, a su audiencia en Andalucía le daban un bocado muy gordo, y, cuando lo investigó, vio que era porque a las doce de la noche se enganchaba la gente al ‘Pelotazo’ de Canal Sur Radio. Y entonces dijo: “Pues ese tío, para acá”. Y De La Morena me utilizó de intermediario para ello. Yo les organicé una comida, acordaron lo que fuera, y con él se vinieron además Bienvenido Sena y Luis Lara, y la verdad es que, yo con ellos también, montamos la mundial en la Ser. Yo no creo que haya en la radio reciente una etapa como esta; vamos, similar a la que marcó también en esta misma emisora el ‘Tío Pepe y su sobrino’.

 

“Me llegó primero una propuesta de Juan Busto para irme a Canal Sur, pero no pudo ser y al final se cruzó la llamada de Santi Ortega para incorporarme a la Ser”

 

“Yo entré en la Ser en agosto de 2010 gracias al movimiento que se produjo con la salida de Paco González a la Cope. Hubo de nuevo un corrimiento de tierras, de forma que aquí se quedó la vacante de Oliva. En esos momentos, Joaquín López Sáez me había ofrecido hacer las mañanas en la Cope, donde a todo el personal nos habíamos quitado un pellizco del sueldo, un 15%, que en un principio dijeron que era para salvar a toda la plantilla nacional, pero que luego me di cuenta de que fue para dárselo a Paco González. La verdad es que yo, si no me hubiera llegado la oferta de la Ser, pues igual hubiera tenido que hacer las mañanas. ¡Ojo!, que no tengo ningún reproche hacia la Cope, donde fui súper feliz y donde me trató todo el mundo muy bien. Y hacia el director de la Cope, solo tengo palabras de agradecimiento. De hecho, es amigo mío. Pero yo vi por entonces que ya ahí no tenía hueco en deportes, porque la gente que llegó nueva a la Cope había hecho ya su propio equipo. Almansa llegó de jefe de Deportes, y poco a poco Manolo Lama, que todavía estaba en la Ser, fue moviendo a gente de un sitio para otro, sabiendo que él también iba a aterrizar allí, de tal manera que yo me quedé sin sitio en Deportes”.


Fran Ronquillo

 

“Fue entonces cuando de pronto me llegó una propuesta de Juan Bustos para irme a Canal Sur Radio, pero al poco tiempo Araceli Limón me llama y me dice que era imposible porque yo no estaba en la bolsa de trabajo. Y fue entonces cuando se cruzó la llamada de Santi Ortega, quien me dice que el director, Pepe Gutiérrez Caro, quería hablar conmigo. Claro, ellos sabían también de mi vertiente humorística, y como Araujo se había jubilado, de alguna forma querían aprovechar ese filón para hacer también la ‘Cámara de los balones’. Cuando llegué, Santi me dijo que contaba con Manolo y Florencio, que llevan la eternidad en la casa, para narrar los partidos después de la marcha de José Antonio Sánchez Araujo, y que mi función sería la que venía realizando Oliva; es decir, con el inalámbrico para el nacional. Y, claro, yo dije que a mí no me importaba porque yo lo que quería era trabajar en la Ser, de la que siempre además había sido oyente. Y entonces, con esa propuesta me fui a la Cope, y Joaquín López Sáez, con ese cariño que siempre me demostró, me dijo que ni él me podía igualar esas condiciones, ni me podía dar un sitio en Deportes, de forma que si quería coger esa posibilidad, él se alegraba por mí. Y tan amigos. La verdad es que fue muy honesto conmigo”.

 

“Cuando en reuniones de amigos sacaba mi repertorio a pasear, veía que tenía éxito contando anécdotas e imitando”

 

“Mi faceta humorística me viene de siempre. Y es que yo era ya así de payaso en mi casa. Y en el colegio era líder. Siempre he sido el más bajito, pero veía que cada vez que contaba algo, la gente se quedaba embobada conmigo. Es verdad que cuando en reuniones de amigos llegaba el momento de las copas y yo sacaba mi repertorio a pasear, veía que tenía éxito, contando anécdotas, imitando, pero, claro, es que nunca antes lo había hecho públicamente. Pero cuando yo saqué todo mi repertorio en aquel viaje que organizó Coca Cola, se me abrió una posibilidad que yo no había contemplado nunca, con el miedo además de que esa faceta me hiciera perder prestigio profesional, porque yo mismo me decía que cómo iba a estar imitando a Lopera a la una y media y dándole un trancazo luego a las tres. Esto de la imitación es que me salía de niño. Yo, muchas veles le quitaba el sonido a la tele en casa para ponerle voz a las entrevistas, para radiar los partidos… Y, sinceramente, es que creo que el humor es lo más digno que yo he hecho nunca. No sé quién dijo eso de que el cachondeo es una cosa muy seria, pero es así. La verdad es que Araujo se cabreó un poco con mis imitaciones, pese a que en su momento me dio sus bendiciones para hacerlo en Canal Sur, pero cuando llegué a la Ser, no le hizo tanta gracia, y me dio mucha pena. La verdad es que ese niño que soñaba cuando chico con trabajar en la radio, en estos momentos se cree que es rico. Yo trabajo en lo que me gusta, tengo un hijo extraordinario, que me quiere muchísimo, una mujer que admiro y adoro, y con la que estoy súper feliz, y estoy en una empresa donde mi ambiente de trabajo es muy bueno, y cada uno de los que hay allí es mejor que yo”.


Fran Ronquillo

 

“Volviendo a Dos Hermanas, ésta era una ciudad a la que ya tenía mucho cariño desde mi paso por Radio Realidad, donde me hablaron mucho de Radio Estrella, de Radio Valme… Y debo confesar que siempre me ha llamado la atención que aquí no hubiera una emisora de radio. El caso es que cuando empiezo a salir con mi primera mujer, la madre de Curro, pues ya empiezo a venir más a menudo. Ella pasaba mucho tiempo en casa de su abuela, en la calle Francesa, aunque vivía en la ‘Carretera Vieja’ a la altura de la residencia de mayores, y yo ya empecé a hacer aquí muchos amigos. Entonces yo no estaba ni casado, y como llevaba mucho tiempo buscando piso, me puse un buen día a mirar por Dos Hermanas. Recuerdo que la tarde de un Viernes de Dolores vine con Enrique Olivares en su Vespa a ver pisos por aquí, y me encontré con que a la inmobiliaria Jardines de San Rafael le quedaban dos pisos por entregar, comprando allí uno de tres habitaciones”.

 

“Dos Hermanas es una ciudad con la que me siento muy identificado, y que además está perfectamente diseñada para dejar el coche aparcado y andar”

 

“El caso es que poco a poco yo he llegado a estar muy identificado con Dos Hermanas, una ciudad que está perfectamente diseñada para dejar el coche aparcado y andar, además de que se encuentra muy bien equipada. Como yo odio el coche, aunque tengo uno porque para algunos casos no hay más remedio, me voy andando a donde me surge: lo mismo me acerco a la Peña Bética, cuyo presidente, Joaquín Alanís, es amigo mío, y donde me encantaba la ensaladilla que ponía el Cepi, o a la Peña Sevillista, donde Manolo Chamorro es también muy amigo mío; o entro en Casa Amable para tomarme una tortillita, o me acerco por el Sal Medina del Parque de la Alquería, o voy a ver al Mendi a la Casa del Arte, que es íntimo amigo mío, o a La Gamba, donde me encanta el atún cocido que tiene... Y es que Dos Hermanas tiene todavía mucha esencia. Desde luego, si yo tuviera que hacer de guía gastronómico a unos amigos míos aquí por Dos Hermanas, no faltarían tampoco las mesitas altas de Los Baltazares, el restaurante Pie Gallo, a los que conocí cuando era La Coriana, con ese Fran que es un fenómeno; Casa Frasco, el bar Triana, donde mi amigo Juan me vuelve loco y donde entran unos personajes tan inocentes y tan divertidos que me hacen sentirme como si estuviera dentro del bar de la serie ‘Aída’, y porque, además, tiene tres guisos que no fallan nunca, como la cola de toro, la carne con tomate y una merluza a la roteña que es divina; o el bar Carrillo, Casa Jurado, el Kiosco Ukelele, otro de los templos de Dos Hermanas; el Tres Marías de mi amigo Martín, con su comida mejicana autóctona cien por cien; y en una de las galerías de la zona cerca de donde vivo, en Las Cruces, hay un bar, que es una especie de cueva pequeñita como las de Setenil de las Bodegas, que se llama ‘Mandrágora’, que es una delicia como se come allí, y no te digo nada del arroz que hace los domingos”.

 

“Yo hago toda la vida en Dos Hermanas, donde pertenezco a la Hermandad del Gran Poder y donde colaboro siempre que me lo piden con el Dos Hermanas”

 

“La verdad es que, salvo cuando tengo que ir a Sevilla por trabajo, yo hago toda la vida en Dos Hermanas, menos, eso sí, un día a la semana, porque como mi mujer, Teresa Carretero, tiene un piso en la Carretera de Carmona, pues nos vamos allí con mi hijo a pasar alguna noche. Yo aquí en Dos Hermanas pertenezco a la Hermandad del Gran Poder, donde me hice hermano por Manolo, el abuelo de mi hijo, mientras que, como ya he dicho, Curro está en su Grupo Joven, saliendo a veces de acólito en algún evento de la Hermandad y donde no se pierde un culto, sobre todo porque cuenta con un magnífico grupo de chavales, y en una Hermandad en la que llegué a dar el Stabat Mater, siendo presentado por mi amiga Valme Caballero. Pero es que además me gusta mucho acompañar a la cofradía durante la Madrugada, sobre todo porque es un contraste absoluto con mi hermandad de Sevilla, San Bernardo. Pero lo que sí tengo como cuenta pendiente es el fútbol nazareno. El Dos Hermanas me ha pedido colaborar en varias ocasiones con algunas de sus campañas, cosa que siempre he hecho cuando me lo han pedido tanto Joaquín Morales como su hijo Sergio, y la verdad es que viviendo tan cerca del estadio, me gustaría ir algún domingo por la mañana, porque hasta ahora lo que ha ocurrido es que he tenido que acompañar a mi hijo cada vez que jugaba un partido con algún club de aquí, como el de La Moneda. Así que espero que pronto pueda también saldar esa cuenta”.


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