Mi soledad tiene alas (2023). Director: Mario Casas. Interpretes: Óscar Casas, Candela González, Farid Bechara.
SINOPSIS: Tres amigos viven de fiesta en fiesta mientras atracan joyerías. Cuando el padre de uno de ellos vuelve a su vida, entrarán en una espiral de violencia mientras intentan cambiar su peligroso estilo de vida.
OPINIÓN: Mario Casas da el paso, se coloca en la silla del director en esta historia que coescribe y se adentra en el subgénero del cine quinqui, que tuvo un gran éxito durante la Transición Española y que vuelve a estar de moda a raíz del éxito de la estupenda Las leyes de la frontera (2021, Daniel Monzón). Casas utiliza los tropos más elementales de una historia para su debut. Este trío de amigos que no tienen, en apariencia, pensamiento más allá de vivir hasta el día siguiente, se irán dando cuenta del peligroso modo de vivir que tienen. Dan, el protagonista, tiene unas convulsiones artísticas que retrata en sus dibujos, representaciones de sus anhelos y sus traumas. Querrá cambiar su vida cuando su padre salga de la cárcel y lo vuelva a atormentar. Ese deseo de cambio más sentimientos de amor a la miembro femenina de su cuadrilla, le llevará a fricciones con sus dos amigos.
Esta primera película dirigida por el actor apunta maneras. Tiene muy buen ritmo, y una historia que refleja el desapego que tiene gran parte de la juventud hacia la sociedad. Con el papel protagonista para su hermano, Óscar Casas, con algunas de las mismas limitaciones que su hermano cuando comenzó su carrera por la actuación, y el papel del mejor amigo para el también debutante en la actuación para el largometraje de Farid Bechara, que roba el protagonismo con sus apariciones.
Buen debut en la dirección para esta película del cine español que se llevará sus nominaciones en la temporada de premios.
CURIOSIDADES: Debut de actores en el campo de la dirección.
Hay actores que no se conforman con solo ponerse delante de las cámaras. Los hay que son unos portentos de la interpretación y permanecen siendo actores siempre. También hay unos actores prodigiosos que prueban, aunque solo sea una vez, a dirigir un largometraje. Un ejemplo de cabecera es el genio Charles Laughton con la obra de culto La noche del cazador (1955, Charles Laughton), una cinta adelantada a su tiempo a la hora de plasmar una historia con tintes oníricos, que fue un fracaso y seguramente la razón principal por la que Laughton no repitió.
Después están aquellos actores que no son tan buenos actores pero que al dirigir son superiores en este campo. Un ejemplo también manido pero certero es Ben Affleck, actor limitado, buen escritor que se llevó el Oscar a mejor guion original por El indomable Will Hunting (1998, Gus Van Sant) y gran director. Potente debut con la historia de suspense Adiós pequeña, adiós (2007, Ben Affleck), se llevó el premio gordo, mejor película, con Argo (2012, Ben Affleck). Vamos a ceñirnos al cine español y poner ejemplos de actores que sintieron la punzada de la dirección y dieron el paso para ofrecer obras de gran nivel y/o popularidad.
Comenzamos con un portento en actuación, guion y dirección: Fernando Fernán Gómez. No hay estilo que se le resista, sea comedia, drama, suspense, etc, ni corriente de la época. Cine costumbrista en los años 50 y 60, cine de corte más social en los 70 y 80 y una etapa de retiro en los 90 en que hacía lo que le apetecía. Debutó en la dirección en la película de episodios Manicomio (1954, Luis María Delgado, Fernando Fernán Gómez), de la que se encargó de un segmento. Con El mensaje (1955) se quedó solo a los mandos de la producción. Historia de corte histórico y patriótico ambientada en la Guerra de independencia Española (1808-1814) de las que se hacían como churros en la dictadura. En El malvado Carabel (1956) Fernán Gómez empieza a mostrar sus inquietudes con esta adaptación de Wenceslao Fernández Flórez, que es una comedia que parece sencilla pero con un trasfondo con muy mala idea. Volvió a arriesgarse ofreciendo una cinta muy distinta a lo acostumbrado con La venganza de Don Mendo (1961), parodia del cine de caballerías con decorados teatrales y mucho humor absurdo. Al ser tan diferente se la pegó en taquilla y se ha revalorizado con el tiempo.
En dos años hizo tres obras totalmente diferentes. La primera es El extraño viaje (1964), una de las más grandes películas del Cine Español. Historia basada en un crimen real, fue objeto de la censura varios años y con un lanzamiento a mercado doméstico casi inexistente. Los elementos que utiliza son el costumbrismo español, con un señor, en este caso señora, del pueblo dominante y abusadora, que tiene atemorizados a sus hermanos y que utiliza su poder para doblegar a otros, hasta la atmósfera de terror gótico. Imprescindible película.
Con Ninette y un señor de Murcia (1965) la historia de un señor que conoce a una chica en París y se enamora perdidamente de ella, haciendo montón de locuras por ella. Lo que la hace ser superior a comedias con esta trama es que toda la historia se desarrolla en la casa de huéspedes donde viven los personajes. Sin salir de esas cuatro paredes la película atrapa al espectador y no lo suelta hasta el final.
Y la última es El mundo sigue (1965), otra obra maestra del cine patrio. Desgarrador melodrama que cuenta las miserias de una familia de una manera nada típica a la época y que se hace extraño que pasara el corte de la censura. Cinta nada complaciente con el espectador al reflejar de una manera cruda el comportamiento del ser humano. Y sin necesidad de mostrar nada gráfico y escabroso.
Fernán Gómez siempre alternó interpretación y dirección hasta el final de su carrera, destacando El viaje a ninguna parte (1986) como una, si no la última, de sus muchas obras sobresalientes.
Es para todos conocido el actor Santiago Segura, que comenzó con papeles secundarios y terciarios hasta que explotó con El día de la bestia (1995, Álex de la Iglesia), cinta clave para el mercado español, y que lo hizo conocido para el gran público. Hombre con olfato para reconocer los gustos de la audiencia, su obra como director comprende dos bloques: uno muy gamberro y escatológico con la saga de películas de Torrente (1998-2014), con un humor zafio y grosero que era lo que se consumía en esa época; y un bloque, el de la actualidad, con un humor más blanco y familiar con Padre no hay más que uno (2019), todas con una gran recaudación en taquilla.
Una serie que comparte el mismo humor que el policía interpretado por Segura es Aída (2005-2014), la serie de comedia más longeva de la televisión española y cantera de dos actores reconvertidos a directores muy personales. Uno es Eduardo Casanova que tiene dos obras como realizador muy poco convencionales: Pieles (2017), producida por Álex de la Iglesia, que cuenta una historia de corte metafórico donde las deformidades son reflejo de la sociedad. Cinta grotesca pero con elementos interesantes; y La piedad (2022), historia todavía más arriesgada y personal donde las metáforas son más acusadas, que afianza la particular visión del joven director. Una visión que no cuenta con la aceptación del público.
El otro actor-director salido de la sitcom es Paco León, que tiene también una particular manera de contar historias a la vez que comprende las demandas de la audiencia. Su ópera prima es Carmina o revienta (2012), película armada como un falso documental donde la protagonista, interpretada por su propia madre Carmina Barrios, se confiesa en la cocina contando su vida y acciones. Película pequeña cargada de muchas intenciones y virtudes. A esta le siguió una secuela, Carmina y amén (2014), donde volvemos a ver a la madre coraje con sus chanchullos para sobrevivir. Narrada de manera convencional pero con mucho potencial.
Kiki, el amor se hace (2016) fue uno de los éxitos del cine español de ese año y asentamiento de León en la industria, Remake de la cinta australiana La pequeña muerte (2014, Josh Lawson), cuenta varias historias donde las relaciones sentimentales y sexuales son exploradas, con sus filias y fetiches.
Vuelve a la televisión con Arde Madrid (2018), miniserie de ocho episodios que ficciona la etapa en la que la actriz Ava Gardner vivió en Madrid y de dos trabajadores de la casa que tienen la misión de espiarla para el gobierno franquista. Trama que habla sobre el contraste que había entre americanos y españoles, unos disfrutando de la libertad y los otros encorsetados por la mano dura del régimen y sus costumbres.
Su última película es Rainbow (2022), su obra más arriesgada. Una versión libre de la historia de El mago de Oz, donde el neón ocupa el lugar de las baldosas amarillas y el experimentalismo devora el mensaje. Al ser producción de Netflix, tuvo un paso fugaz en salas antes de instalarse en la plataforma de streaming.
DISPONIBILIDAD EN STREAMING:
NETFLIX: Las leyes de la frontera. Saga completa Torrente. Pieles. Kiki, el amor se hace. Rainbow.
HBOMAX: Argo. El día de la bestia. Carmina y amén.
PRIME VIDEO: La noche del cazador. El extraño viaje. El día de la bestia. Padre no hay más que uno. Pieles.
DISNEY+: El día de la bestia. Carmina y amén. Kiki, el amor se hace.
MOVISTAR PLUS: El indomable Will Hunting. Argo. El viaje a ninguna parte. Carmina y amén. Arde Madrid. Kiki, el amor se hace.
FILMIN: La noche del cazador. El extraño viaje. Pieles. Carmina o revienta. Carmina y amén.
FLIXOLE: El malvado Carabel. La venganza de Don Mendo. El extraño viaje. Ninette y un señor de Murcia. El mundo sigue. El viaje a ninguna parte. El día de la bestia. Pieles.
SKYSHOWTIME: El indomable Will Hunting. Adiós pequeña, adiós.
TRAILER:
Comments