Una entrevista de Paco Gil
Fotografía de Raúl Díaz
El Club Waterpolo Dos Hermanas ha cumplido en la presente temporada 2023/2024 treinta años de existencia, y, aunque todo partió de un grupo de chavales a los que les entró un verano el veneno por la práctica del waterpolo, hay un nombre que aúna en su totalidad la propia existencia de este club nazareno: Rúper Sánchez, quien fuera jugador, entrenador e incluso su primer presidente.
El pasado mes de enero, toda la familia del waterpolo nazareno celebró en la sede del Club Social San Hilario, cuya piscina fue el germen de este deporte en Dos Hermanas, una jornada de convivencia en la que se dieron cita gran parte de las personas, por entonces unos chavales, que pusieron la semilla del waterpolo en esta ciudad y que, algo que nunca pudieron ni siquiera soñar, ha sembrado de fantásticos frutos una trayectoria que ha hecho que Dos Hermanas sea hoy uno de los referentes de este deporte a nivel regional y nacional.
Y Rúper Sánchez Burguillos (Dos Hermanas, 1973) fue, claro, uno de los que estuvo allí, porque, en realidad, siempre ha estado pese a que desde su entrada como coordinador en Deportes del Ayuntamiento de Dos Hermanas en el año 2000, de cuya Delegación es actualmente director técnico de Actividades, tuvo que renunciar a participar directamente del Club Waterpolo Dos Hermanas, aunque, eso sí, siga echando una mano como asesor siempre que se le requiere.
Treinta años de historia: El Club Waterpolo Dos Hermanas emerge desde actividades veraniegas a un referente deportivo.
Casado con Ana Aretxabaleta Espinosa, actual presidenta del Club Waterpolo Dos Hermanas, se puede asegurar que ha logrado crear una auténtica familia en torno a este deporte, ya que sus cuatro hijas, Aroa, Naia, Ane y Lea, juegan al waterpolo, la primera de ellas en las filas del Club Natación Tarrasa, que milita en la División de Honor femenina, y las otras tres en el propio club nazareno.
Con motivo del 30 Aniversario del Club Waterpolo Dos Hermanas, hemos mantenido una pausada y entrañable entrevista con Rúper Sánchez, uno de los principales ‘culpables’ del nacimiento de este deporte en la ciudad, y que él mismo se encarga de protagonizar en primera persona a partir de ahora.
“Los inicios del waterpolo en Dos Hermanas están en la actividad no federada que se desarrollaba durante el verano en distintas piscinas de algunos barriadas, llegando a existir una liga municipal en la que participaron hasta siete quipos locales, todos procedentes de piscinas como las de Vistazul, Entretorres, San Hilario, Las Portadas, Federico Mayo, La Motilla y hasta el equipo de monitores del Patronato Municipal de Deportes, que también tenía uno. Es ahí cuando surge esa semilla. Pero, claro, las actividades sólo se desarrollaban durante el verano, entre otras cosas porque Dos Hermanas no disponía aún de piscina cubierta. Entonces, cuando ya nos enteramos de la construcción de la piscina de Ramón y Cajal, que fue la primera cubierta, se unieron todos estos clubs, con una primera junta directiva que estuvo integrada por un representante de cada uno de ellos, naciendo así el Club Waterpolo Dos Hermanas, y de la que yo fui su primer presidente.
Forjando talento local: El club prioriza la formación de jóvenes, expandiendo su cantera y programas de tecnificación.
Como yo vivía en la barriada de San Hilario, me encontraba más vinculado a este equipo, y fue allí donde se llegó a montar su primer torneo. Estamos hablando del año 1987. Recuerdo además que la Diputación de Sevilla organizaba por entonces el Torneo Ciudad de Sevilla de Waterpolo, ya desaparecido, que consistía en organizar partidos por distintos pueblos de la provincia, y que dentro de estas promociones se llegó a disputar en el año 1985 un encuentro de la Selección Española en Dos Hermanas, que jugó contra la de Estados Unidos”.
“En aquella época yo era un chaval al que le gustaba mucho el deporte, pero sobre todo aquellos que estaban relacionados con el agua. Yo hacía natación, pero como me parecía muy aburrido, esa mezcla de balón y agua que encontré en el waterpolo sí que me gustó más. Nosotros éramos un grupo de amigos que fuimos realmente autodidactas en la práctica del waterpolo. Yo había entrado por entonces en la piscina de San Hilario como socorrista, donde recuerdo, por ejemplo, que la portería y los balones estaban prácticamente todo el día puestos. Y allí hubo muchos que sembraron la semilla del waterpolo en Dos Hermanas. En esos inicios, éramos de todo un poco jugando, porque, además del portero y el boya, algo que teníamos claro, los demás íbamos un poco improvisando, porque hasta aquí no vino nadie a decirnos cómo se jugaba realmente a este deporte. Y todo hasta que ya empezó la actividad federada, que fue en el año 1993, tras crearse el Club Waterpolo Dos Hermanas”.
“Conmigo lo que ocurrió es que, como a mí me gustaba tanto el waterpolo, yo me acabé marchando al Natación Sevilla, a donde había recalado antes de la creación del Club de Dos Hermanas. Fue a través de la mediación de J. Murube, que ya se encontraba allí, cuando nos hicieron una prueba a algunos de nosotros, y acabamos yéndonos a Sevilla. Allí entrenábamos todos los días en la piscina de la calle Trastamara de diez a once y cuarto de la noche. Fue una etapa dura, sin duda, porque teníamos que buscarnos la vida para ir a Sevilla y para volver, pero nuestra ilusión hizo que resultara muy agradable, entre otras cosas también porque fue una época en la que hicimos muchos amigos.
Con apenas 20 años de edad, fui al mismo tiempo jugador del Club Natación Sevilla y presidente del Club Waterpolo Dos Hermanas.
Fue entonces cuando me federaron por primera vez, dándose la curiosa situación de que yo, con apenas 20 años de edad, fui al mismo tiempo jugador del Club Natación Sevilla y presidente del Club Waterpolo Dos Hermanas. Y la verdad es que es ahora cuando veo que de ese grupo inicial se consiguieron luego logros muy importantes.
Como en Dos Hermanas no teníamos piscina cubierta por entonces, entrenábamos en la de la urbanización San Hilario. Allí había una especie de pequeña nave, donde reunimos unas pesas, unas barras, algunos balones, y recuerdo que para calentar nos íbamos a correr al Parque de La Alquería. ¡Jajaja! Pero es que cuando acababa la temporada de verano, con ese primer equipo de waterpolo entrenábamos en seco, porque en Dos Hermanas no había piscina cubierta, de forma que solo nos metíamos en el agua cuando visitábamos al equipo rival en su propia piscina. Eso sí, hasta que la piscina de Ramón y Cajal, que fue la primera cubierta, se inauguró en el año 1994”.
“La verdad es que ese comienzo fue a base de mucho amor por este deporte, porque hoy en día decirle a unos chavales que entrenaran sin piscina para jugar al waterpolo sería algo impensable. Pero, pese a que nos costó adaptarnos, sólo hay que mirar hasta dónde hemos llegado y ver los importantes logros que se han conseguido en el waterpolo en Dos Hermanas. Por aquella época, la única categoría que existía era la Andaluza, con unos equipos que militaban en Primera y otros en Segunda. Y como no contábamos con ningún respaldo económico, todas nuestras actividades las sosteníamos con las cuotas de los socios, que en su gran parte iban a pagar el alquiler de la piscina. Y así hasta la primera subvención que nos llegó, poquita por entonces porque solo nos dio para pagar el primer mes de la piscina. Todo muy romántico, como se ve, ¡jajaja! Y, claro, para comprar, por ejemplo, el material que iba haciendo falta, como gorros o balones, teníamos que recurrir ya a rifas y otras actividades”.
“En Dos Hermanas, pese a estos grupos nacidos en las piscinas de barrios, la verdad es que por entonces no había mucha afición por la práctica de este deporte. Pero, pese a ello, nosotros fuimos muy pesados hablando siempre a los amigos del waterpolo y organizando fiestas y pegando carteles para darnos a conocer. La verdad es que yo tengo muy buenos recuerdos de esos comienzos. Nos reuníamos en casa de amigos, donde le dábamos vueltas a ver qué podíamos hacer distinto, y hasta nos organizamos para ir en busca de empresas que pudieran estar interesadas en ayudarnos, cosa que no logramos, claro [sonríe]. Y así poco a poco. Además, conseguimos que el Ayuntamiento al menos no nos cobrara por el uso de la piscina y, poco después, que nos llegara nuestra primera subvención municipal, porque ya vieron que, a pesar de ser muy jóvenes, íbamos muy en serio con este deporte”.
“Mientras tanto, yo seguía jugando con el Natación Sevilla, con el que siempre quedábamos campeones de Andalucía, y que militaba en la Segunda División nacional. Por aquel entonces el formato era el de una liga que se jugaba por fases, de forma que el que ganaba, subía a Primera, una categoría a la que nunca logré llegar como jugador, aunque sí fui convocado con la Selección Andaluza para la celebración de varios torneos. Mi tope con este club fue en una fase de ascenso a Primera que se jugó en Sevilla, que fue para nosotros como un último cartucho para ver si lográbamos el ansiado ascenso. Y recuerdo además que por aquel entonces también participé en la organización del Campeonato de Europa femenino de 1987, cuya Selección Nacional conseguimos traérnosla además a la piscina de San Hilario”.
El waterpolo es un deporte muy duro, por eso a lo mejor me gustó más que otras disciplinas.
“La verdad es que a mí siempre me había atraído el deporte en general, porque yo incluso llegué a estar federado en tenis, además de practicar atletismo, baloncesto o tenis de mesa, aunque fue el waterpolo el deporte que más me encajó. Yo siempre he sido muy inquieto, y la piscina la verdad es que me tiraba mucho. El waterpolo es un deporte muy duro, por eso a lo mejor también me gustó más que otras disciplinas”.
“El primer equipo que se creó del Club Waterpolo Dos Hermanas fue el masculino, hasta que en el año 1993 logramos crear el femenino. El waterpolo está hoy en día muy equilibrado, pero es verdad que en aquella época casi no había equipos femeninos a nivel nacional. Y resultó que cuando entrenaba el equipo masculino en San Hilario, el grupo de chicas que estaba por allí nos dijo que querían jugar también, naciendo poco después el primer equipo femenino. Como se ve, todo fue como consecuencia de una convivencia entre amigos. De hecho, yo recuerdo que en San Hilario, que es una urbanización de setenta casas, prácticamente todos los chavales de la zona jugaban al waterpolo, y fue porque nos entró a todos el veneno de su práctica. Recuerdo también que yo llegué a hacer promociones en otras zonas, como en algunos pueblos de Córdoba, donde al principio iba todo muy bien, pero, claro, si luego no había nadie allí que lo siguiera, pues era muy difícil que acabara arraigando. Aunque eso es algo que sigue pasando en todos los deportes minoritarios”.
“De presidente del Club Waterpolo Dos Hermanas permanecí durante unos cinco o seis años, siguiendo ya luego como jugador y entrenador durante mucho tiempo, en esta última faceta tanto del equipo masculino como del femenino, y algunas veces hasta haciendo incluso de entrenador y jugador del masculino. Hubo una etapa en la que estuve de presidente y de entrenador del Club de Dos Hermanas y de jugador del Natación Sevilla, y ya cuando dejé este último club, fui presidente, entrenador y jugador del Dos Hermanas”.
“Como se ve, yo al waterpolo se lo debo todo, porque hasta a mi mujer la conocí siendo jugadora del equipo. Y mi trabajo, como estudié Magisterio y después me fui al INEF [Instituto Nacional de Educación Física], pues se ve claramente que ha estado siempre vinculado siempre al deporte, consiguiendo ya más tarde, además, un trabajo en el Patronato Municipal del Ayuntamiento de Dos Hermanas. Mis amigos más importantes son, claro, de este mundillo, y se da la circunstancia de que mis cuatro hijas juegan también al waterpolo. Está claro que le debo mucho a este deporte. En relación con mis hijas, puedo contar además como anécdota que el año pasado el Club Waterpolo Dos Hermanas participó en todos los Campeonatos de España tanto masculinos como femeninos, y mis hijas estuvieron en las categorías alevín, infantil, cadete y juvenil [sonríe con satisfacción]. Y una de ellas, Aroa, está progresando bastante, ya que ha ido tres años con la Selección Española, consiguiendo medallas en dos torneos europeos y en uno mundial, y ya al comienzo de esta temporada se decidió a marcharse a Tarrasa, donde, al mismo tiempo que ha iniciado sus estudios universitarios, juega con el Club Natación Tarrasa en División de Honor, disputando incluso la Champions”.
“Desde aquellos inicios precarios, el waterpolo ha ido evolucionando de forma muy positiva en Dos Hermanas, gracias también a la apertura en el año 2005 del Centro Municipal Acuático de Montequinto, que nos dio más posibilidades de entrenamientos, ya que la piscina de Ramón y Cajal era pequeña y, por ejemplo, a las escuelas deportivas las teníamos que meter en dos calles, sólo los martes y jueves de diez a once de la noche, y con prácticamente todos los equipos al mismo tiempo, lo que nos hacía complicado ir creciendo. Pero al abrirse este Centro Acuático, situado además en otro núcleo importante como es Montequinto, pues ya logramos montar escuelas con niños y niñas desde los 5 años a los 16, siendo un punto de inflexión importante para el club. Fue la época además en la que conseguimos dar el salto a Primera Nacional con el equipo femenino, que fue un hecho muy notable, y luego incluso ascender a la División de Honor, que es la categoría más importante del waterpolo en España, llegando a quedar cuartas y clasificarnos durante dos años seguidos para competiciones europeas. Y con el masculino hemos estado en Primera Nacional, que es un nivel muy alto, donde estuvimos varios años, y a donde llegamos además con jugadores de la casa. Con el club femenino hemos organizado además dos Copas de la Reina en Dos Hermanas, llegando en una ocasión a semifinales. Y, aunque ya no estuviera yo vinculado al club, se ha llegado incluso a organizar un partido oficial de la Selección Femenina en el Centro Acuático de Montequinto, en un partido que se jugó contra Rusia en el año 2017”.
Crecimiento sin límites: Desde su creación en 1987 hasta la consolidación en competiciones nacionales e internacionales.
“Modestamente, creo que el waterpolo de Dos Hermanas ha llegado a tener un nombre dentro a nivel nacional, que ya se sabe que está prácticamente dominado por equipos catalanes. Yo recuerdo que los primeros años, cuando íbamos fuera, nos preguntaban dónde estaba Dos Hermanas y se sorprendían cuando se enteraban de que éramos de la provincia de Sevilla. Pero hoy, a cualquiera de este mundo le preguntas por Dos Hermanas y ya saben perfectamente de dónde somos y el nivel que tenemos. Porque, además, es que hemos organizado muchos Campeonatos de España aquí, contando ya con una experiencia organizativa importante gracias también al respaldo del Ayuntamiento y de la Delegación de Deportes, y eso es algo que fuera te lo reconocen”.
“La verdad es que aquí estamos haciendo una gran labor, porque pocos clubs de waterpolo, además de los catalanes, tienen un nivel de deportistas internacionales como el que hemos logrado nosotros, con una jugadora, Lorena Miranda, que, aunque era de Ceuta, se formó en Dos Hermanas desde los juveniles, llegando a ser subcampeona olímpica militando en el Club Waterpolo Dos Hermanas, o Lucía Trinidad, quien estuvo también en la Selección Nacional participando en Campeonatos de Europa y estando a punto incluso de ir a la Olimpiada. Y en el masculino, Álvaro Moreno también llegó a debutar con la Selección Nacional. Pero es que más recientemente hemos llegado a tener hasta cuatro chicas, formadas en las Escuelas Municipales de Dos Hermanas, que han sido medallistas en Campeonatos de Europa”.
“En el ámbito regional, puedo asegurar que el Club Waterpolo Dos Hermanas es el primero. Hay un trofeo de la Federación Andaluza de Natación, que es la suma entre los equipos masculinos y femeninos, que normalmente siempre los hemos ganado nosotros. Eso sí, el Natación Sevilla está una categoría por encima de nosotros, pero no en el femenino. Así, en el conjunto, sumando equipos y deportistas internacionales, es el referente. En estos momentos, contamos con más de 140 deportistas federados en un total de diez equipos, y como hecho destacable se puede decir que el año pasado fue el único club a nivel nacional, por encima incluso de los catalanes, que estuvo presente en todos los Campeonatos de España de las distintas categorías”.
Dos Hermanas ha apostado por la creación de un Centro de Tecnificación mixto en el Tiro de Línea, tras un acuerdo con la Junta de Andalucía.
“Claro, esa cantera se mantiene con mucho trabajo, porque el waterpolo no deja de ser un deporte minoritario. Seguimos contando con las Escuelas Deportivas, y más recientemente se están haciendo unas campañas de promoción deportiva escolar con el alumnado de Sexto, mientras que en verano aprovechamos también las campañas para tratar de captar jugadores. Esa es nuestra base. Pero el caso es que ya llevamos un tiempo en el que no sólo contamos con chicos y chicas de Dos Hermanas, sino también de otros lugares de la provincia e incluso de Chiclana o Jerez. Además, otro punto importante que se ha conseguido, y por el que el Club de Waterpolo Dos Hermanas ha apostado mucho, ha sido la creación de un Centro de Tecnificación mixto en el Tiro de Línea, tras llegarse a un acuerdo con la Junta de Andalucía para que el año que viene se cuente con un centro de estudios, alojamiento y piscina en Sevilla. Es decir, que aquellos jugadores y jugadoras que sean de fuera, se quedarán internos en el albergue de Inturjoven, estudiarán en el IES Ramón Carande y entrenarán en la piscina del Tiro de Línea. Y los chicos y chicas de Dos Hermanas que estén en ese programa, irán por la mañana a ese Instituto, comerán en el albergue y entrenarán en dicha piscina. El Club de Waterpolo de Dos Hermanas ha sido uno de los que ha apostado más fuerte por este programa, y, de hecho, creo que somos el club que cuenta con más representación en este centro”.
“Tras aquella etapa en la que estuve de presidente, entrenador y jugador, mi papel con el Club quedó en la de un mero asesor debido a los compromisos laborales que adquirí con el Ayuntamiento, aunque estando siempre disponible para cualquier consulta o asesoramiento que me requirieran, a lo que se añade que ahora mismo soy también delegado de la Federación Española de Waterpolo, de forma que cada vez que se celebra un partido a nivel nacional me requieren en algunas ocasiones como representante federativo. Todo esto hace que en casa sean pocas las veces en las que no se hable de waterpolo [sonríe], siendo además mi mujer presidenta del Club y mis hijas, jugadoras”.
“Yo conocí a Ana porque ella vivía en Sevilla, donde empezó a jugar al waterpolo, con la circunstancia de que su hermano jugaba conmigo en el Natación Sevilla. Ana, que era buena jugadora, se acabó yendo al Alcalá, donde también había un equipo femenino de waterpolo, pero empezó a tener algunos problemas allí y decidió venirse a Dos Hermanas, en una época, además, en la que yo era entrenador del equipo femenino, y a raíz de eso surgió el amor [vuelve a sonreír]. Y la verdad es que estamos súper contentos porque nuestras hijas también estén metidas en este mundo. Mi mujer llegó a la presidencia del Club de Dos Hermanas en el año 2011, y actualmente es también vicepresidenta de la Federación Andaluza y vocal de waterpolo”.
Algunas grandes pérdidas personales y para nuestro waterpolo.
“La verdad es que he sido y soy feliz en este mundo, pese a que el año pasado se produjeron dos noticias muy duras para todos nosotros tras el fallecimiento de Manuel López Cohen [a la edad de 46 años tras una letal enfermedad, quien fuera jugador y técnico del Club de Waterpolo Dos Hermanas, y con dos hijas que igualmente fueron jugadoras, entre ellas Marina López, campeona de Europa cadete] y José Salguero ‘Biega’ [a la edad de 52 años, también tras una rápida enfermedad, padre de dos hijos, entre los que se encuentra Mariló Salguero, habiendo sido uno de los pioneros del waterpolo en Dos Hermanas, además de delegado y colaborador del club nazareno y trabajador de la Delegación de Deportes del Ayuntamiento]. [Entre lágrimas y con la voz entrecortada, Rúper comenta como puede que…] estas dos pérdidas las llevo bastante mal. Fueron dos personas de los inicios, muy vinculadas a mí, y en el caso de Manuel, era uno de los que integraban esos grupos que comentaba de la convivencia… Pero es que, además, en el equipo femenino están jugando ahora mismo las dos hijas de Manuel y las dos de José. Y en el caso del primero de ellos, el Centro Acuático de Montequinto recibió a raíz de su triste pérdida el nombre de ‘Manuel López Cohen’. Biega, además, estaba muy vinculado al Club de La Motilla, y ahora se están haciendo gestiones para hacer un torneo como homenaje, con la idea de jugar un triangular entre La Motilla, Vistazul y San Hilario”.
“De esos treinta años que cumple ahora el Club Waterpolo Dos Hermanas, me quedo con estas dos grandes pérdidas, pero también con otras muchas cosas, como el hecho de haber jugado en Europa, las organizaciones de las dos Copas de la Reina, que la Selección Española, que venía de hacer una plata olímpica, jugara en Dos Hermanas una competición oficial… Pero también con todas las campañas que hemos hecho de promoción, con un gran trabajo de muchas personas, con la creación de la mascota, con la invitación a los colegios a presenciar partidos… Y, sobre todo, por la cantidad de horas que han echado muchas personas y al mucho trabajo que hay detrás. Y, especialmente, por ver a jugadores y jugadoras de Dos Hermanas participar con las selecciones nacionales, algo que es muy importante”.
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