Nuestra Señora de Valme procesionó en la Procesión Magna de Clausura del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular de Sevilla dejándonos imágenes para la historia.
Como si de un sueño se tratará del que aún no se puede despertar... Valme procesionó por tercera vez en la historia por las calles de Sevilla, llenándolo todo con su valimiento y dejando su fragancia de nardos que inundó los corazones de miles de personas que celebraban la fe de todo un pueblo en una gran exaltación de la Piedad Popular.
Después de una larga semana de emociones contemplando a la Santísima Virgen de Valme en la Parroquia del Sagrario junto a Consolación de Utrera y Setefilla de Lora del Río, además de presidir el altar del Jubileo en la apertura y primera Misa del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular en la Catedral de Sevilla, tocaba poner el broche final y participar en la procesión de clausura.
El sábado 7 de diciembre por la tarde se dispusieron la Patrona de Utrera, la Patrona de Lora del Río y nuestra Celestial Protectora de Dos Hermanas delante de la capilla bautismal de la Catedral de Sevilla mirando hacia el trascoro de la misma, donde discurrirían las hermandades de la capital que participaban de tal magno evento.
La Esperanza de Triana fue la primera en entrar en la catedral y tras rendirle el saludo a la Patrona de Sevilla, la Virgen de los Reyes, que se encontraba en el altar del Jubileo; fue a saludar y rendirle homenaje a las tres Sagradas Imágenes de la provincia. Tras ella hizo lo mismo el Cachorro y en la mañana del domingo 8 la Esperanza Macarena y el Señor del Gran Poder; regalándonos unas imágenes históricas difíciles de repetir... El Señor de Sevilla frente a la Señora de Dos Hermanas...
Tras las conclusiones del Congreso y la Eucaristía de Clausura del Congreso, comenzó la procesión magna a las 16:00 horas desde la Puerta de Palos de la Catedral Hispalense.
La procesión la abrieron los niños carrancanos de la Hermandad Sacramental del Sagrario de la Catedral, tras ellos hermanos de la Asociación de la Virgen de los Reyes y de la Sacramental del Sagrario que precedían a los sacerdotes y obispos que acompañaban al primero de los pasos de la Magna; el paso de tumbilla de Nuestra Señora de los Reyes, Patrona de Sevilla y la Archidiócesis, dicha tumbilla fue uno de los estrenos destacados de la jornada. Dicha imagen tras realizar la carrera oficial se dispuso frente a la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla para presidir el discurrir de los distintos pasos junto a las autoridades civiles y religiosas. Tras el paso de todas las hermandades regresó a la Catedral de Sevilla.
Le seguía el paso del Señor del Gran Poder que lucía la "túnica persa". Como curiosidad no procesionaba con dicha túnica desde la procesión de acción de gracias tras la Guerra Civil Española el 7 de mayo de 1939. Tras la procesión se recogió en su Basílica del Gran Poder.
A continuación, era el turno de las Imágenes de la Provincia. La primera fue la Virgen de Setefilla, Patrona de Lora del Río, portada en andas por sus hermanos en su templete plateado. Siendo esta la primera vez que el "Lucerito de la Sierra" estaba y procesionaba en la capital. Tras la procesión se recogió en el Templo de San Andrés de Sevilla.
Tras Setefilla era el turno de Nuestra Señora de Valme Coronada. Antes de salir de la Catedral le rindió saludo a las Imágenes de Consolación, la Esperanza Macarena, la Esperanza de Triana, el Cachorro, las imágenes que se encontraban en la catedral con motivo de la exposición Fons Pietatis, Nuestra Señora del Socorro de la Hermandad del Amor y el Santo Cristo de San Agustín. Y por supuesto como no podía ser de otra manera, se despidió de San Fernando en la Capilla Real, donde responsa el cuerpo incorrupto del primer devoto de la Santísima Virgen de Valme.
La Giralda fue testigo privilegiado de la majestuosidad devocional que se encontraba en el paso templete de plata; la Valedora de todos los nazarenos que fue discurriendo gloriosa desde la catedral hasta su recogida en el segundo templo de la ciudad la Colegiata del Salvador. Más adelante hablaremos de la procesión de nuestra Señora de Valme por las calles de Sevilla...
Tras Nuestra Señora de Valme, iba la Patrona del pueblo de Utrera, Nuestra Señora de Consolación. Era la primera vez que procesionaba por las calles de la capital, esta gran devoción iba en su paso procesional derrochando amor y consuelo hasta el templo de los Terceros donde se recogió. Seguidamente transcurrió el Santísimo Cristo de la Espiración "el Cachorro", la Esperanza de Triana y por último la Esperanza Macarena como colofón a tal magna procesión. Dichas Imágenes se recogieron en sus respectivos templos.
Y retomemos a Valme... Esta magna procesión nos permitió ver imágenes únicas como ver a la Santísima Virgen frente a la Torre del Oro, la Plaza de la Maestranza, al lado del Puente de Triana y en el Baratillo. En dicha capilla torera de la calle Adriano se vivieron uno de los momentos más especiales. La Santísima Virgen entraba en la capilla y se postraba ante los titulares de la Hermandad del Baratillo. En ella la Hermandad regaló un broche y una medalla de oro a la hermandad baratillera. En el interior el Coro de Valme le cantó a la Virgen convirtiéndose aquella pequeña estancia en un hogar nazareno de piedad y caridad. Tras la estancia en el interior la comitiva oficial terminaba allí y emprendía el camino hasta el Salvador; haciendo su salida de la Capilla del Baratillo entre pétalos, aplausos y los sones de la Banda de Santa Ana que acompañaron magistralmente durante todo el recorrido.
De nuevo nuestra Celestial Protectora se dirigía al centro de Sevilla por la calle García de Vinuesa atravesando la avenida de la Constitución que días atrás fue iluminada con las luces navideñas, pero se encontraban apagadas con motivo de la magna. La Giralda volvió a saludar a la Virgen de Valme al paso por la puerta del perdón de la Catedral... Perdón que se podrá recibir de manera indulgente y de manera extraordinaria en el templo de Santa María Magdalena de Dos Hermanas el próximo año 2025 con motivo del Jubileo de la Esperanza de Roma.
Y como tantas hermandades sevillanas hacen durante Semana Santa, la Santísima Virgen entraba por la Cuesta del Bacalao entre miles de pétalos flores en forma de petalás y bellos adornos realizados con cariño y fervor por un grupo de devotos de la Virgen de Valme de Dos Hermanas. Adornos que se extendieron por toda la calle Francos y hasta la misma Plaza del Divino Salvador. Un sin fin de petalás, aleluyas, cantes, y vítores se entrelazaban con los sones de la Banda de Santa Santa, hasta las características flores de papel rizado fueron lanzadas desde los balcones en una ofrenda extraordinaria de amor a Valme.
La procesión llegaba a su fin y a eso de la 1:00 de la madrugada del lunes 9 de diciembre entraba la Santísima Virgen de Valme en el Templo del Divino Salvador por la característica rampla del Salvador. Ya en el interior del segundo templo de Sevilla la Virgen de Valme fue recorriendo por primera vez en la historia el interior del templo saludando a las distintas hermandades que allí se encuentran: la Hermandad del Rocío de Sevilla, la Hermandad de la Antigua, Nuestra Señora del Prado, la Borriquita, la imagen fernandina de las Aguas y a la Hermandad de Pasión. Se colocó el paso de la Virgen de Valme lleno de pétalos delante del majestuoso altar mayor barroco del Divino Salvador. Tras detener el paso el Coro de Valme volvió a cantar a la Virgen para dar gracias y despedir el día tan glorioso que se vivió.
En la mañana del lunes 9 de diciembre amanecía la Santísima Virgen de Valme en la Capilla Sacramental bajo la mirada del Señor de Pasión y en la compañía de Nuestra Señora de la Merced y San Juan. Durante toda la jornada un río incesante de fieles fue a venerar a la Virgen en aquel joyero único que es el Sagrario del Divino Salvador. A las 20:00 horas se realizó una Santa Misa de Acción de Gracias presidida por el nazareno D. Francisco de los Reyes Rodríguez y acompañada de multitud de hermanos y devotos que querían despedir a la Santísima Virgen, en la mañana del 10 de diciembre volvía a amanecer Nuestra Celestial Protectora esta vez en su camarín de la Capilla Sacramental de Santa María Magdalena, desde donde seguirá dando su valimiento a todos los nazarenos.
Crónica y las mejores imágenes de Valme en la Magna de Sevilla
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